Crișana es una de las regiones de Rumanía más relajantes: muchos de sus visitantes llegan hasta aquí para acudir a los numerosos balnearios que hay en la zona. ¡Pero no es lo único que merece la pena!
En Crișana también abundan los espacios naturales, capaces de deleitar a cualquiera. No faltan, por supuesto, monumentos históricos y decenas de tradiciones de la zona. Todo ello completa un menú digno de saborear en una visita.
La región se encuentra en el noroeste de Rumanía y es contigua al norte con Maramures, al oeste limita con Hungría, mientras que al este te encontrarás con Transilvania y al sur con Banat. Crișana es otro de esos rincones del país en el que la población rumana convive tranquilamente con otras minorías étnicas: serbios, eslovacos, romaníes e incluso alemanes.
Igual que sucede con prácticamente todas las zonas de Rumanía, Crișana se rodea de montañas, colinas y abundantes prados. Las agrupaciones montañosas son, sin duda, una de las principales atracciones para la vista de cualquier visitante: Bihor, Vlădeasa, Codru-Moma, el bosque de Crai o Plopiș son sencillamente impresionantes de contemplar.
Asimismo, el territorio alberga un conjunto de tesoros naturales en forma de cuevas y gargantas que fascinan tanto por multitud como por diversidad. Evidentemente, las cuevas de Crișana son un potente foco de atracción turística. No dejes de visitar algunas de las más destacadas: La cueva del Oso, La cueva con Cristales de Farcu o la cueva Ghețarul Focul Viu.
Oradea es rica en recursos turísticos de todo tipo. No faltan grandes dosis de historia, cultura y aventura. En cuanto a la vertiente histórica, edificios como los ubicados en la Plaza Unirii (Plaza de la Unión), el Complejo Barroco y la Catedral Católica Romana o la Casa Darvas la Roche conforman un interesante elenco cultural que no se puede dejar de visitar. Una vez que lo has hecho, puedes dejarte llevar hasta los baños Felix, muy cerca del casco urbano. Además, el parque acuático Nymphaea es otro destino obligatorio.
Arad, por su parte, es otro centro neurálgico de historia. Camina por el bulevar de la Revolución, admira la primera escuela pedagógica del país o visita la Fortaleza de Arad, que funcionó como prisión militar en el periodo austrohúngaro.
Si vas a Zalău te encantarán sus pequeñas dimensiones. Coge un mapa y recorre todas sus calles para ver la estatua y la mansión de Wesselényi, la fortaleza romana Porolissum o la Catedral de la Asunción de la Virgen.
Por último, Tășnad otra de las ciudades de renombre en la zona por sus baños termales y tratamientos curativos.