El reino de Transilvania, o «Ardeal», se encuentra dentro del conocido como Arco de los Cárpatos y es el hogar de innumerables lugares de película. Su reputación trasciende más allá de las fronteras del país y ya es una de las áreas más populares de Rumanía.
No es para menos: solo la famosa leyenda de Drácula ya tiene sus raíces en Transilvania. Sin ninguna duda, es una de sus historias más reconocibles. Pero la belleza de esta región tiene muchos estratos. Los más importantes, por supuesto, la calidez de los transilvanos, sus platos tradicionales, la multiculturalidad, sus paisajes y la historia. Mezcla todo eso en tu visita y será muy fácil que te enamores del corazón de Rumanía.
Un reconocimiento que también llega desde el plano internacional: en 2019 la publicación estadounidense Condé Nast Traveler incluyó Transilvania en su listado de recomendaciones turísticas.
Transilvania está en el centro del país. Y por eso se le conoce como el ‘corazón de Rumanía’. Limita al norte con Bucovina y Maramures; por el este con Moldavia; al oeste del mapa verás Banat y Crișana, mientras que al sur quedan las áreas vecinas de Oltenia y Muntenia.
Transilvania es sin lugar a dudas una de las regiones rumanas que mejor definen el concepto de “diversidad étnica”. En esta zona los rumanos conviven con húngaros, que representan la minoría nacional más grande en la región. A ellos se unen comunidades de sajones, armenios y romaníes.
Las tres zonas montañosas que custodian Transilvania impresionan a cualquier visitante. Aunque la mayor parte de la región se encuentra en la meseta de Transilvania, la complejidad del relieve es impresionante: el fundido de la propia meseta con las depresiones y las llanuras es todo un espectáculo geográfico.
Te sorprenderá lo buenos cocineros que son los transilvanos. Cuando vienes hasta aquí, es obligatorio probar, entre otras cosas, el balmoş, la sopa de Transilvania, “el gulas en el caldero” (una comida de patatas y carne) o el famoso «Varza a la Cluj«.
El aroma de los pasteles o el pan casero tienen la capacidad de atraerte incluso si no eres muy fanático de estos bocados.
Es la ciudad más grande de Transilvania y la segunda de Rumanía en número de población. Se encuentra en la lista de las ciudades más desarrolladas del país, siendo una verdadera cuna de diversidad y el multiculturalismo. En la zona no faltan atracciones turísticas, ni pintorescos paisajes para deleitar al visitante. ¡Esta ciudad te ofrecerá momentos únicos en cualquiera de sus posibilidades al aire libre!
La ciudad de Brasov también es otro must para el turismo e incluso para los propios rumanos. Aquí encontrarás una carga histórica importante, con numerosos lugares de culto y elementos que conformaron en su momento el sistema de defensa medieval: torres, bastiones, fortalezas, museos y casas conmemorativas. Al tratarse de un epicentro cultural e histórico, a lo largo del año hay varios eventos y festivales de renombre dedicados al arte, la música, el cine y otras disciplinas similares. Algunos ejemplos bien conocidos son: el Festival de Drama Contemporáneo, el Festival de Cine de Drácula o el Ciervo de Oro.
Otra ubicación emblemática de esta zona es El Prado de Brașov (Poiana Brașov), uno de los centros turísticos más famosos de Rumanía si hablamos de deportes de invierno. Ya lo has comprobado: Brasov está preparada para que la puedas visitar sin aburrirte en cualquier época del año.
Sibiu, por su parte, es una ciudad medieval reconocida como «Capital Cultural Europea» en el año 2007. Los amantes de la cultura, la historia y la arquitectura estarán especialmente contentos si programas una visita a la ciudad. Además de conocer a fondo sus calles, no dejes de visitar los alrededores (Mărginimea Sibiului, Transfăgărășanul o el Lago Bâlea) para disfrutar de la belleza natural que caracteriza la zona.
Alba Iulia siempre ha sido una referencia histórica para el pueblo de Rumanía. Así que debe estar en tu lista de visitas. Contempla la fortaleza rumana más grande: Alba Carolina, que también posee el título de la más grande de Europa del este. A lo largo de su historia la han puesto a prueba en multitud de ocasiones, pero no ha impedido que siga ofreciendo a los turistas un viaje al pasado increíble. A ello también te ayudarán el resto de edificios y fortificaciones de Alba Iulia.
Sighișoara es una de esas ciudades de Transilvania en la que se mezcla con mucha clase un aire histórico y romántico. Esta localidad es muy conocida por el festival medieval que tiene lugar justo en su fortaleza. Pero la torre del reloj o la escalera cubierta son solo otros puntos de interés turístico que te animamos a visitar. En cambio, si te planteas tomarte un respiro entre tanta agitación, puedes desplazarte a Bezid o Saschiz, Viscri, Apold, Richis, o Biertan, todas ellas aldeas cercanas en las que te recibirán con los brazos abiertos para mostrarte el amor que todavía se tiene por aquí a las formas de vida más tradicionales.
Transilvania puede presumir de ser rica en muchos aspectos, y uno de ellos son la cantidad de sitios turísticos para ofrecer. ¡Son capaces de sorprender incluso al visitante más experimentado! Si además te gusta explorar la naturaleza y dejarte llevar por las montañas, tienes para elegir decenas de recorridos naturales y paisajes pintorescos.
Por supuesto, también tendrás recursos para llevarte un pedazo de cultura e historia, que podrás descubrir incluso en sus áreas rurales inalteradas y conservadas con un estilo tradicional, como si permanecieran todavía en el pasado. ¡La estancia será inolvidable!
Ten en cuenta que si tu plan es recorrer Transilvania, necesitarás varios días para completar todo el recorrido. Organiza muy bien la ruta que quieras seguir y asegúrate de que tienes disponibles entre tres y cinco días de tu viaje para conocer esta zona. Para hacerlo todo mucho más fácil a la hora de hacerte un planning, aquí tienes una lista de puntos turísticos que no te deberías perder:
Castillo de Bran: ya sabes que es una de las atracciones turísticas más solicitadas de la zona. El castillo está vinculado al nombre de la Reina María de Rumanía, así como al personaje interpretado por Bram Stoker en su libro, el Conde Drácula.