Veturia Suciu – La Mujer que Vive a Través de la Tradición

Veturia Suciu es una figura emblemática de la ciudad de Cluj y la primera artesana popular del condado. A sus 87 años, demuestra una energía y vivacidad sorprendentes. Abierta, sonriente y rápida: así es la señora Veturia. Aunque su rostro está marcado por arrugas, su alma sigue siendo joven y su mente, incansable.

Las manos de Veturia reflejan su carácter moral: la diligencia. A pesar de su edad, Veturia sigue siendo una mujer infatigable. De sus manos surgen, con gran esmero, obras que se exhiben en ferias y exposiciones: trajes nacionales, ángeles hechos de hojas de maíz, tejidos y bordados finos.

“Soy una persona sencilla, pero con un alma noble y respeto a Dios. Dondequiera que he ido, he representado a Rumanía con orgullo. Me he esforzado para transmitir la tradición a través de trajes y artesanía. No ha sido fácil,” dice Veturia.

Infancia

Su infancia tuvo lugar en la comuna de Cojocna, en el condado de Cluj. Creció en una familia de “buenos anfitriones” que la guiaron lo mejor que pudieron. “Mi madre tuvo diez hijos, pero solo cuatro sobrevivimos,” recuerda Veturia con lágrimas en los ojos. Su padre la apoyó en sus estudios: “Cada vez que volvía a casa, me ayudaba a prepararme para el día siguiente.” Veturia amaba tanto el aprendizaje que “no hubo año en el que no recibiera algún premio.” Fue aceptada en el instituto con una nota superior a 9, un momento de orgullo para toda la familia. Sin embargo, poco después, su padre falleció, y su vida tomó un giro inesperado.

“Desde ese momento, una nube oscura descendió sobre mi vida. Ya no pude continuar mis estudios. Tenía un hermano menor, y el director y el sacerdote de la comuna decidieron que él debía seguir adelante, ya que era un chico y una chica podía arreglárselas en la vida de otra forma.”

Aunque fue difícil renunciar, Veturia se resignó y continuó luchando por sus sueños. “Lloré por la escuela durante años, hasta que escribí mi primer libro a los 70. Quería demostrar que esa era yo.” Escribió dos volúmenes de testimonios etnográficos sobre las tradiciones de Someș y de la comuna de Cojocna, en los que describe, con una memoria impresionante, las costumbres del pueblo rumano.

Arte Popular – Refugio en Tiempos Difíciles

Veturia se casó a los 18 años con un hombre al que describe como “el pan de Dios enviado a la tierra entre los hombres.” La vida le puso muchos desafíos, ya que perdió tanto a su esposo como a dos de sus hijos. “Después de la muerte de mi hijo, durante nueve años, no volví a salir al mundo. Pero un día, el secretario del partido me preguntó si podíamos volver a sacar a la luz la suite de bailes típica de la zona. Le pedí un momento para consultar a mi esposo. Él dijo que, por la tradición rumana y el conjunto de danzas de la comuna, fundaríamos un grupo. Reunimos a personas mayores y comenzamos a reunirnos dos veces por semana.”

Simona Munteanu, ex curadora del Museo Etnográfico de Transilvania, la descubrió y la alentó a convertirse en artesana popular. Aunque no sabía exactamente qué implicaba ese título, Veturia aceptó diciendo: “Por el pueblo rumano, por las tradiciones y el folclore, soy feliz cuando alguien me pide que cree algo.”

El Amigo Fiel: El Telar

Aunque Veturia tuvo otros trabajos, el telar siempre formó parte de su hogar, siendo el amigo junto al cual encuentra consuelo, equilibrio y fuerza. Su madre, costurera, le inculcó el amor por el arte popular desde la infancia. Con el tiempo, Veturia comenzó a crear sus propios tejidos, manteles, toallas y, más tarde, trajes tradicionales, combinando nuevos diseños con otros antiguos. Su trabajo fue reconocido con el diploma de la Academia de Artes Tradicionales de Rumanía.

“Un creador tiene cada modelo en mente mientras trabaja. No hago los patrones en papel. Una vez que empiezo, me dejo guiar por la imagen que aparece en mi mente.” Con el tiempo, encontró refugio en este arte, que se convirtió en su única forma de despejarse de las preocupaciones diarias. Dice que la costura es lo que mantiene su alma joven.

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El Telar

El Valor del Trabajo y Reconocimiento Internacional

Veturia ha expuesto sus creaciones en Italia, Polonia, República Checa, Francia, Turquía y Grecia, fascinando a los extranjeros con la belleza de las tradiciones rumanas. Para ella, la artesanía no es solo un pasatiempo, sino un modo de vida. Se dedica en cuerpo y alma a cada obra, aunque hacer un traje puede llevar entre una y tres semanas, según la complejidad del diseño. “Siento una alegría inmensa cuando los veo terminados.”

Lecciones de Vida

Veturia Suciu es un personaje único, no solo por sus cualidades como artesana popular, sino también por su profundidad como persona. Está bien informada, expresa sus puntos de vista con claridad y reflexiona sobre las realidades sociales con la sabiduría de una “persona culta.” La interacción con las personas ha sido para ella una fuente inagotable de conocimientos: “Lo que he aprendido del contacto con la gente, quizás no lo habría aprendido ni siquiera en la escuela.”

Aunque no tuvo mucha escolaridad, Veturia es sabia y ofrece con gusto valiosos consejos de su experiencia de vida: “También he encontrado personas malas, porque la envidia es grande. Pero eso solo me hizo más fuerte. Uno de mis consejos sería: Ayuda a las personas. Siempre que des algo a alguien, te vuelve el doble.»

Veturia Suciu, omul frumos de la țară pe care se sprijină parcă universul  rural - Lumea Satului
Veturia Suciu